He ido a una tienda de chinos y la china me ha regalado un reloj.
Creo que es justo decir públicamente lo generosa que es la china de una de las muchas tiendas de chinos que hay en este, mi nuevo pequeño pueblo que hostilmente me ha acogido entre sus brazos.
Voy a hacerme una ronda por todas las tiendas de chinos que me quedan por visitar aquí, en mi nuevo y amado pueblo, porque si todos son así de generosos, con un poco de suerte me hago el ajuar que siempre rechacé de mi madre, mis tías y mi abuela.
Ea.
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2 comentarios:
Oye, pues si te haces amiga de los chinos mejor: te harán descuento y, ya que las fuerzas vivas del pueblo no te son afectas, te puedes ir de cañas con ellos... pagando tú, claro.
A ver cuanto dura el reloj (si las cosas de los chinos duran poco pagándolas, imagine regaladas). No me mire así, soy desconfiado por naturaleza.
Siempre suyo
Un completo gilipollas
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