domingo, 20 de septiembre de 2009

Frío

Imagina que un día despiertas.
Cuando abres los ojos, es evidente que estás en un lugar que no conoces.
Te rodea nieve blanca, hasta donde pierdes la vista.
Hace un frío desgarrador.
Tú estás desnuda y tienes mucha hambre de abrazos.
¿Qué ha pasado? ¿Cómo has llegado hasta allí?

Pos eso.

Aunque Gamoneda supo decirlo mucho mejor:


Tengo frío junto a los manantiales. He subido hasta cansar mi corazón.
Hay yerba negra en las laderas y azucenas cárdenas entre sombras, pero, ¿Qué hago yo delante del abismo?
Bajo las águilas silenciosas, la inmensidad carece de significado.
De "Libro del frío". A. Gamoneda.

5 comentarios:

aspid dijo...

un beso.

Iván dijo...

En tu visita has dejado un montón de preguntas por responder. Cómo puedo contactar contigo para responderlas ???

Germán R. (personare) dijo...

Mi frío tiene la forma del silencio y el pálpito blanco de un aliento
mi frío tiene la extensión infinita del vacío: un país al que nunca volveré
mi frío tiene el tamaño eterno del dolor que cabe en la palma de una mano
mi frío es ausencia y distancia y olvido.

Lore dijo...

El silencio ensordecedor de los alientos.
El país vacío al que inevitablemente a veces se vuelve.
La palma de tu mano que en ocasiones tiene el tamaño de África, como ni confianza.
Ausencia, distancia y olvido, que tantas veces nos acompañan.

No hay con qué taparse.

Stiletto dijo...

Hacía mucho que no leía nada de Gamoneda y hay que ver lo mucho que me gusta.

Muchos besos