domingo, 13 de septiembre de 2009

Mis comunicaciones familiares.

Mi Señora Madre me está ayudando con un retal.
Hace muchos meses que compré el retal de tela en una tienda en la que pusieron de saldo las sobras.
Es una tela horrible, llena de estampados de colores negros/grises/verdes/violetas/púrpuras/naranjas/blancos... Lo cierto es que es No apta para epilépticos.
Tiene dibujado una especie de mundo extraño, cargado de dibujos y criaturas rarísimas.
Pero a mi me gusta. Recuerda esta frase a lo largo del relato, por favor.

Desde la distancia que inevitablemente conlleva vivir en dos CC.AA. diferentes, y previa entrega por mi parte del retal en una visita que le hice hará más de 6 meses, Madre y yo mantenemos diversas conversaciones telefónicas con el fin de solucionar mi problema: Hacer de ese retal un mantel.


Hace mucho tiempo:

Madre: Hija, ¿qué quieres que haga con eso?
Yo: Mujer, un traje de faralaes no. Un mantel para la mesa de la cocina.
Madre: ¿Eso para la cocina? ¿Estás segura? Tu cocina es azul...
Yo: ¿Y?
Madre: Nada....

Varias semanas después de aquello:

Madre: He estado pensando en lo del mantel... Qué quieres que haga con él.
Yo: Nena, un mantel para la cocina. Hazle un pespunte por los bordes, que yo no tengo máquina de coser. Eso es todo.
Madre: ¿Sólo eso? Qué cosa más fea de mantel va a resultar...
Yo: Bueno, a mi me gusta. Creo que podrá quedar bien.

En semanas posteriores, la conversación anterior se repite en bastantes ocasiones, en un tono muy cordial, con algunas variantes por parte de Madre tales como: "Qué mantel más feo, qué tela más horrible, qué poco gusto tienes, hija de mi vida, etc....". Pero en el fondo es lo mismo: quiero un pespunte por los bordes, eso es todo.

Durante un espacio de tiempo, no sabría decir cuánto, se olvida el tema. Pero...


Hace un par de meses:

Yo: Nena... ¿Y el mantel?
Madre: ¿Aún sigues con eso?
Yo: Ummmm … Sí.
Madre: ¿Y qué quieres que haga con él?
Yo: ¿Otra vez? Venga... va: Un pespunte por los bordes.
Madre: Es que eso va a quedar muy soso.
Yo: Está bien, Nena. ¿Tienes alguna otra idea?
Madre: Ufff... no sé... con esa tela es difícil.
Yo: ¿Y un pespunte por los borde y ya está?
Madre: Es que así nada más va a quedar muy soso...
.
.
.
Ad infinitum durante conversaciones esporádicas en días sucesivos ...


Hace un mes y medio:

Madre: Hija, que he pensado que con un vivo el mantel quedaría mejor.
Yo: Ah, perfecto.
Madre: Así no estará tan soso.
Yo: Perfecto.
Madre: ¿De qué color lo pondrías?
Yo: Ummmm... no sé... ¡Naranja!
Madre: ¿¡¡¡¡¡Naranja!!!!? Desde luego, hija … Qué cosa más horrorosa.
Yo: bueno, pues el color que quieras, o que te parezca mejor, que yo me fío de tu criterio. Seguro que te queda muy bien.


Hace un mes:

Madre: Hija, que he comprado tela de color naranja para tu mantel.
Yo: ¡Ah! Qué bien!
Madre: Sí, pero no creo que le vaya mucho.
Yo: ¿Por?
Madre: No sé, es un naranja muy difícil...
Yo: ¿Muy difícil para qué?
Madre: Pues para qué va a ser, para combinarlo!
Yo: Vale, vale. No te preocupes. No lo uses. Siempre puedes hacerle un pespunte por los bordes.
Madre: Eso no me gusta. Aunque el naranja que he comprado tampoco. Ya buscaré otra tela...
Yo: Vale, pero no te compliques. Búscala de otro color.


Hace 3 semanas:

Madre: Hija, qué difícil es encontrar una tela naranja. ¡Yo no sé para qué me metes en estos líos!
Yo: ….......
Madre: Y ahora claro: ¿Cómo quieres el vivo? Porque va a ser muy difícil cortar la tela y luego añadirla a los bordes. ¡Eso no es un vivo! ¡Yo había pensado en otra cosa!
Yo: Nena... no sé, de verdad. Utiliza la tela naranja aunque no quede muy bien, la pones por los bordes, y no te compliques más. A mi me va a gustar.
Madre: Pero hija... es que los naranjas se matan, y yo he salido a buscar otro tipo de naranja y no lo encuentro. El naranja es muy difícil.
Yo: Nena, pues déjalo estar. No la uses, hazle un pespunte por los ..
Madre: Ois, qué pesada eres. También puedo comprar un vivillo de esos estrechos, que los vende Victoria, que además como ahora está quitando la tienda, va a salirme muy baratito.
Yo: Vale.
Madre: Pero es que esos son muy estrechos y no va a quedar como tú querías.
Yo: Ufff... Vaya noticia me acabas de dar, Nena.... ¬¬


Hace 2 semanas:

Madre: Hija, que he comprado el vivillo de Vitoria, pero no me gusta.
Yo: Nena, pues no se lo pongas.
Madre: Ya, ya … Igual es mejor uno en blanco.
Yo: Igual....
Madre: O en violeta. ¡Pero es que vaya porquería de tela que has comprado! ¡No le pega nada!
Yo: Bueno, nena, sin faltar ya, que a mi me gusta....
Madre: Pero es que eso no te dura tres lavados. Los manteles claritos, hija, claritos, que entre la gracia de Dios en la mesa cuando una come, no tan oscuros, que te entrarán los 7 males...
Yo: Ya, pero es que esa tela me gusta.
Madre: Siempre ha sido rarita...
Yo: Bueno, ¿entonces qué?
Madre: Pues nada … le pondré la tela naranja.
Yo: Está bien.


Hace 1 semana:

Madre: Hija, que el naranja es muy difícil, y he pensado en ponerle al final el vivillo de Victoria, que tu tía dice que le va mejor, aunque yo no estoy de acuerdo.
Yo: Vale. Pues el vivillo. Me fio de vuestro criterio.
Madre: Pero es que yo así no puedo hacer las cosas. No me das ideas.
Yo: ¡Santa paciencia, Mamá!
Madre: ¡Paciencia dice! ¡Paciencia la que he tenido yo contigo durante casi 30 años... ¡No me venga con esas!
Yo: Hazlo como quieras, por favor.


Ayer:

Madre: Hija, yo he pensado en comprar una tela de color verde, que es mi favorito, a ver si así se mejora la cosa
Yo: Nena, la verdad, estoy del mantel hasta el mismísimo coño. Vamos a aclarar las cosas, porque llevamos muchos meses con esto: El retal no te gusta, te parece una mierda, crees que no es adecuado para hacer un mantel, de hecho esa tela no te parece adecuada para hacer absolutamente nada más que adornar el cubo de la basura, y es por eso que no te está dando la gana de hacerme ese pespunte, ni ponerle esa tela por los bordes, ni pegarle el vivillo que has comprado en la tienda de tu vecina, ni nada de nada de nada. ¿Es así?
Madre: Pos sí.
Yo:¡Ya está bien! ¡No lo hagas! ¡Quema la tela! ¡Olvídalo! ¡Esto nunca ha ocurrido!
Madre: Claro hija. Si es que esa tela es muy fea, yo ya te lo dije. Me alegra que lo hayas pensado mejor.
Yo: Mira Mamá, ya está bien. No quiero hablar más de esto.
Madre: Bueno hija, no te pongas así, que si quieres yo te hago el mantel....

4 comentarios:

aspid dijo...

lore, nena, dile a tu madre que me mande el jodido retal que ya te hago yo el pespunte, le añado el vivo, le meto unos flecos a juego y te apaño las servilletas con vainica, pero por diox, que haya paz. :S

Lore dijo...

Tranqui, que no nos enfadamos ;)

Pero adoro a mi madre y sus maniobras de desgaste para persuadirte de que no hagas algo que a ella no le gusta.

Eso sí: Pienso comprarme una máquina de coser.

He dicho.

princesa_ dijo...

Niña, que no te acongojes.Que todas las mamis son así de iguales.Que si donde vá un vivo se pone una vainica..mejor. Que si donde vá la vainica pone un reborde a cuadros que con tanto colorido no se nota no pasa nada.
Pero..
No has notado que es que con ese peazo retal lo mejor es que hubieras hecho un dobladillo??
Jajajaj..
Me has hecho reir un rato.
Gracias y un besín!

Lore dijo...

Hola Princesa_

Tranquila, que no me acongojo. Madre es así. Peculiar. Como todas. Y me encanta.

¡¡¡Dobladillo!!! Esa era la palabra.

Gracias a ti por pasarte por éste lugar, y sobre todo por la sonrisa ;)