martes, 3 de noviembre de 2009

Frustraciones

¿Por qué la vida es tan cruel?

Buscando una ilusión, acaba de subir tantos escalones que he perdido la cuenta. Y con fuerza y voluntad lo ha conseguido.

Quiero saber por qué cuando Heidi ha llegado a la torre del campanario por fin, no ha visto más que casas y edificios, las montañas estaban lejos. Y las pupilas se le han movido un poquito (se supone que en los dibujos estos, eso es llorar, insensibles). ¡Qué atrocidad!

Llena de congoja acaba de bajar los escalones que tanto le costó subir, y ni la visión de unos gatitos recién nacidos en una preciosa cesta de mimbre la anima. Encima no le quieren dar esa tortuga que cuelga de un hilo. A esto se le llama salvajismo....

¡Oh! ¡Lo que me faltaba! Acaba de encontrarla la Señorita Rotenmeyer y se la lleva a esa casa tan grande y tan fría. ¡¡Qué crueldad!! Esto es inhumano.

Y lo peor de todo es que la llama Adelaida. Sadismo, eso es lo que es, sadismo.

¿Cómo pude tener una infancia feliz después de esto? No quiero ver más!!!!!!!!!!

Estoy muy deprimida, y tengo que irme a trabajar tan deprimida como estoy. ¡Pobrecita Heidi!

Voy a pedirle a Jefa que si me da el día libre después de esto, que es más de lo que puedo soportar....

¡Que una no pueda ni tomarse un café tranquila!

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